DICCIONARIO VISUAL VEGETAL ESPECÍFICO DE SITIO. ENTABLAR UN DIÁLOGO EN LENGUAJES NO-HUMANOS
Artes Visuales | Reseña por Luisa Vidales Reina · 24.05.2022
El presente texto forma parte de la colaboración entre el V Coloquio de Diseño Sustentable y Farolito. Dicha colaboración pretende difundir el conocimiento que se generó a lo largo de los cuatro días de ponencias en el evento, para así contribuir a la filosofía de acceso abierto, inmediato, sin requerimientos de registro, suscripción o pago a material digital educativo, académico, científico o de cualquier otro tipo.
Esta reseña pretende servir como guía para que las/los visitantes a la muestra “Mujeres & Naturaleza. Hilando una sola tierra” en Moloch Galeria-Taller puedan tener un contexto más claro sobre la pieza de Luisa Vidales Reina. El texto permanecerá disponible por lo menos hasta el 06 de julio de 2022, día en el que finaliza la exposición en Moloch.
Septiembre del 2020, y la pandemia ya no se sentía tan temporal. Casi todas las actividades que implicaban una interacción con otro ser humano se habían trasladado a las pantallas. En esta digitalización masiva, la dirección IP -ese conjunto de diez números que hace posible la comunicación en internet- se empezaba a sentir como algo más tangible que la dirección física, representada por aquel número en latón o cerámica en la puerta de la casa. Se estaba en un cuarto, pero se escuchaba el llamado del carrito de los camotes en una calle que estaba a la vez a kilómetros y a un brazo de distancia.
Sintiéndome cada día más como un holograma dentro de las pantallas que un ser fuera de ellas, volteé a mi alrededor a platicar con mis plantas y reencontrar la tangibilidad de la dirección física en la que estaba.
Inicié observándolas. Fijándome en sus formas, en cómo se movían con el viento. Algunas bailaban, otras apenas se movían y, algunas, como un cactus, no hacían absolutamente ningún movimiento, o al menos ninguno que yo pudiera distinguir.
Para entender aún mejor sus movimientos, las imité: fui distintas plantas por un rato. Extendí una mano replicando sus formas y la dejé mover por el viento.
Hace poco, escuché decir a una amiga que cada persona tiene su propio ritmo y, al conocer a una persona nueva, tiene que pasar un rato para dejar sonar los ritmos de ambas con el objetivo que estos se combinen, se complementen y se hagan armónicos para formar un buen diálogo. Mi ritmo acelerado contrastaba con la melodía calmada de las plantas. Al principio, sentía que perdía la paciencia y no imitaba fielmente sus movimientos sutiles: nuestros ritmos aún no estaban en diálogo. Pero lo seguí intentando; me senté junto a ellas, las observé, las imité. Las vi bailar con ráfagas de viento, y las vi tomar el sol tranquilamente en momentos donde las nubes no se movían ni un centímetro. Grabé las imitaciones que hice y las volví a ver. Empecé a notar los movimientos suaves, a prestar más atención. Mi mano repetía ya mejor los matices en los movimientos de las plantas. Es sabido que se comienza a hablar un idioma al imitarlo; esto mismo estaba sucediendo en mi experimento. Se estaba formando una conversación humano-planta.

Imagen 1. DICCIONARIO VISUAL VEGETAL ESPECÍFICO DE SITIO ENTABLAR UN DIÁLOGO EN LENGUAJES NO-HUMANOS. Cortesía de la artista.
Debido a la digitalización masiva anteriormente mencionada, surgió la pregunta de cómo interactuarían las plantas con plataformas digitales que, por la naturaleza de la pantalla sensible del teléfono, son tan táctiles. Dos toques para un like; dos dedos en diagonales divergentes para hacer zoom, en dirección contraria para reducir de tamaño; hacia arriba para obtener más información. Me enfoqué en una plataforma -Instagram- e hice una lista de las claves táctiles que se usan en ella para, después, trasladarlas a las plantas. Las toqué como si fueran la pantalla del teléfono, como si estuviera interactuando con dicha aplicación, y grabé en video sus respuestas.
De la combinación de movimientos cortos y largos que se perciben en esta y otras aplicaciones, así como en interfaces generales del teléfono, empezó a formarse la idea de utilizar la clave Morse, igualmente compuesta por movimientos cortos y largos, para conversar con las plantas. Sin embargo, al usar un lenguaje intermediario entre humano-planta, existía el riesgo de perder ciertos elementos en la traducción. Después de algunos intentos con código binario y clave Morse, se descartaron por presentar un filtro en la comunicación entre especies. Mi objetivo no era usar un lenguaje pre-existente, sino crear uno nuevo basado en las características de cada uno de los participantes en la conversación (cada una de las plantas y yo junto con el viento, la luz u otras presencias).
Empecé a notar la dualidad de la palabra digital: el primer significado que le da la Real Academia Española es “perteneciente o relativo a los dedos” [1], mientras que otra definición es “dicho de un dispositivo o sistema que crea, presenta, transporta o almacena información mediante la combinación de bits” [2]. Son significados aparentemente alejados uno del otro (el primero, un ser vivo; el segundo, una máquina) y, a la vez, entrelazados, ya que son los dedos los que se utilizan para acceder a plataformas y dispositivos digitales.
Mi siguiente experimento fue tomar como punto de partida la morfología misma de las plantas de mi entorno para interactuar con ellas.
Dibujando con las huellas de los dedos, repliqué con pigmento la morfología de las plantas sobre papel: se hizo una combinación de las características de la planta con sus movimientos. A estos trazos les llamo plantagrafías: son un dibujo que captura la esencia de la planta en movimiento.

Imagen 2. DICCIONARIO VISUAL VEGETAL ESPECÍFICO DE SITIO ENTABLAR UN DIÁLOGO EN LENGUAJES NO-HUMANOS. Cortesía de la artista.
Una de las referencias clave para este tipo de dibujo que plasma las características y expresión de las plantas, fue el Lovers’ Communication System, LoCoS en corto, que el profesor Yukio Ota ha desarrollado desde 1964. [3] Ota, diseñador gráfico japonés, es mejor conocido por haber diseñado el símbolo internacional para la salida de emergencia. [4]
LoCoS, el lenguaje visual que propone, representa conceptos que parten de una base y se pueden hacer más complejos al combinar varios bloques. Tiene la intención de ser intuitivo y de no estar atado a ninguna región geográfica para, así, convertirse en un lenguaje universal que se pueda aprender y usar fácilmente.
Otro referente importante es el sistema de símbolos que desarrollaron los hobos (trabajadores nómadas) en Estados Unidos durante la década de los 1930s.
Debido a la crisis económica que atravesaba el país durante la Gran Depresión, aproximadamente 4,000,000 personas recorrían el país en búsqueda de trabajo, comida y hospedaje. [5]
En un acto de solidaridad, estos trabajadores nómadas dejaban marcas por los lugares que pasaban, como una especie de reseña del entorno. Las marcas, dibujadas en banquetas, árboles u otras superficies, eran símbolos que representaban algún concepto, por ejemplo, para marcar una dirección, indicar un buen lugar para quedarse, o un lugar inseguro en donde se tuviera que estar alerta.
Por la naturaleza de inmediatez de este lenguaje, los símbolos tenían que ser relativamente fáciles de entender sin requerir una base de conocimiento previamente compartida.
Tanto el LoCoS como el lenguaje de los hobos, proponen trazos sencillos para plasmar distintos conceptos. Los dos tienen como objetivo unir grupos de personas mediante un sistema de símbolos que se puedan entender intuitivamente. Con las plantagrafías, mi objetivo es lograr un entendimiento y una convivencia entre especies, como una forma de acercamiento y apreciación al entorno inmediato.
En mi proceso para desarrollar las plantagrafías, había explorado ya la contestación de las plantas ante los movimientos del lenguaje táctil del teléfono, pero aún no las respuestas del teléfono en reacción a las plantas. Tomé como base las plantagrafías que realicé, y dibujé este trazo sobre el teclado del teléfono en una conversación de WhatsApp. Los mensajes que resultaron fueron palabras aparentemente sin sentido, algunas completadas e intervenidas por el autocorrector. Son una conversación planta – teléfono – inteligencia artificial – humano. Por la naturaleza lúdico-mística de esta práctica, las imprimí como fortunas de galletas. El mensaje de cada planta está en ocho movimientos.

Imagen 3. DICCIONARIO VISUAL VEGETAL ESPECÍFICO DE SITIO ENTABLAR UN DIÁLOGO EN LENGUAJES NO-HUMANOS. Cortesía de la artista.
La fotografía fue otro de los lenguajes con los que quise entrar en diálogo con la flora de mis alrededores. La luz juega un rol clave en el proceso químico principal de las plantas: la fotosíntesis. Durante la fase luminosa de este proceso, los tilacoides (membranas con forma de bolsitas dentro de los cloroplastos) absorben la luz y la convierten en energía mediante la separación de moléculas. La palabra fotografía se divide, etimológicamente, en dos vocablos de origen griego: foto y grafía. Foto significa luz, mientras que grafía, escritura o dibujo. Al igual que en el proceso de la fotosíntesis, en la fotografía se toma la luz y se transforma. Por lo tanto, me fue importante plasmar las plantas en fotografías.

Imagen 4. DICCIONARIO VISUAL VEGETAL ESPECÍFICO DE SITIO ENTABLAR UN DIÁLOGO EN LENGUAJES NO-HUMANOS. Cortesía de la artista.
La estructura que le di a las plantas con las que entablé diálogo, toma como base la estructura de una dirección IP. En inglés Internet Protocol (protocolo del internet), esta serie de números sirve para identificar un dispositivo dentro de una red. Todos los dispositivos necesitan una dirección IP para establecer comunicación con la red.
Esta dirección numérica de 32 bits se compone de dos categorías: network (red) y host (anfitrión). Está dividida en cuatro partes, con un total de diez números. A cada parte se le llama octeto; cuatro octetos forman los 32 bits totales. Este tipo de dirección está en código binario; sin embargo, se pone en un formato legible para los humanos (formato decimal).
Las cuatro partes en la estructura de la dirección IP son dos partes de host, y dos de network. Los dispositivos que se encuentren en una misma red, tienen la parte de host de la dirección IP distinta, pero los mismos números en la sección de network.
La parte del host es, entonces, lo más cercano (se refiere al dispositivo), mientras que el network es lo más general o extendido (la red). Dividí las plantas de mi entorno en estas dos categorías. Las plantas host del primer octeto son las más cercanas, las que están en maceta en interiores. Las pertenecientes al segundo octeto host son las plantas en maceta en exteriores: son semi-caseras. Un octeto de network es para las plantas en exteriores que se encuentran en el tejado o como enredaderas en la pared. El octeto final de network incluye a las plantas de un entorno más general o comunitario, las que están directamente en la tierra.
En total son diez plantas, una por cada número que forma la dirección IP.
Al tener los diálogos con cada una de las plantas en los distintos lenguajes (plantagrafía; fotografía; fortuna), se compilaron en un diccionario visual vegetal específico de sitio que lleva como título el número de la dirección IP del lugar en el que vivía cuando lo realicé.
Este diccionario con lenguajes no-humanos lo acomodé a modo de jardín en la cuadrícula de Instagram. La retícula de dicha plataforma está dividida en tres columnas con medianiles que forman espacio para imágenes cuadradas (proporción 1:1).
Esta diagramación recuerda a la de un jardín estructurado y hecho, posiblemente un huerto o invernadero con divisiones para cada tipo de planta, o como método de observación científica. Cada lote de tierra está separado del de junto. Por tratarse de un ejercicio de observación de cada planta aislada para, luego, entender el conjunto de plantas del sitio específico, y por ser un diccionario (cada palabra tiene su propia entrada), la retícula de Instagram fue ideal.
Para separar los octetos, en una dirección IP se utilizan puntos. En el diccionario acomodado como jardín en la retícula de Instagram, son piedras las que dividen cada sección, para hacer eco a las estructuras que utilizan muchos jardines: secciones de piedras para separar unas plantas de otras.
Lo primero que se ve es la sección de network (la parte que indica la red), seguido de la parte host (la parte que habla del dispositivo particular). Va de lo general o comunitario, a lo más cercano o casero.
La carátula de cada planta es su plantagrafía, seguida por la fortuna y, después, la fotografía. La danza en video no se incluyó en el diccionario final; quedó como parte del proceso.

Imagen 5. DICCIONARIO VISUAL VEGETAL ESPECÍFICO DE SITIO ENTABLAR UN DIÁLOGO EN LENGUAJES NO-HUMANOS. Cortesía de la artista.
Este proyecto busca una aproximación a las plantas por medio del tacto, movimientos y lenguaje. Es una serie de conversaciones en donde participan una planta, un ser humano, el viento, la luz y la inteligencia artificial en forma de autocorrector del teléfono.
No busca entablar una comunicación verídica y basada en datos científicos con las plantas, sino que tiene como objetivo dejar de percibirlas como algo estático, serio u ornamental, y empezar a apreciarlas como seres vivos dinámicos con los que se está en constante convivencia. Igualmente, busca entablar un diálogo con el entorno, entenderlo a través de seres no humanos y conocer el espacio por medio de la flora local.
En vez de quedarme con un solo lenguaje entre planta y humano, como inicialmente quería, utilicé varias aproximaciones para entender desde distintas perspectivas o ángulos a las plantas de mi entorno.
Los diccionarios se tienden a percibir como un documento serio, autoritario, rígido, concreto. Sin embargo, con el diccionario de sitio específico que construí, utilicé el formato como una herramienta personal para entender mi espacio de una forma divertida, experimental y flexible. El título que le di indica que es de sitio específico, pero un elemento que también es específico es la persona que lo hace. Mis entradas en este documento no son algo concreto y pertenecientes a una cultura entera, como los significados de una palabra en un diccionario habitual, sino que son definidos por mi percepción propia del entorno.
Invito al lector a pasar una tarde con sus plantas (de interiores, de balcón, de jardín, de parque, de cuadra, de banqueta, de las que más a la mano tenga) y encontrar un lenguaje nuevo para entablar un diálogo con ellas. A continuación, algunas sugerencias y preguntas para iniciar la conversación:
- Deja el teléfono en otro lado, a menos de que lo vayas a usar para grabar un video, tomar una foto, hacer notas. Como mínimo, apaga el wifi o activa el modo avión.
- Si te es posible, quítate los zapatos y siente el pasto, la tierra, el piso de barro, el piso de madera, el patio de piedra, la alfombra.
- Observa a tu alrededor. ¿Qué plantas te llaman la atención? ¿Por qué? ¿Cuáles te gustaría ser por un rato? ¿Cuáles te gustaría conocer mejor? ¿Qué hace cada planta? ¿Notas amistades, enemistades entre plantas?
- Pon atención a las plantas que escogiste para observar. Obsérvalas como si nunca las hubieras observado antes, porque lo más probable es que nunca las hayas realmente observado antes.
- ¿Qué historia te cuenta la planta? ¿Tiene cicatrices? ¿Qué le pudo haber pasado? ¿Cómo influye en ella su entorno? ¿Vive en una maceta, directamente en la tierra, en una jardinera? ¿Convive con otras plantas?
Las plantas, en muchas ocasiones, pasan desapercibidas: se difuminan en el fondo, toman un rol ornamental. Espero que estos consejos le ayuden al lector a escuchar a las plantas de su entorno y dejar que ellas también le escuchen, para lograr un buen convivio con ellas y un entendimiento más completo del entorno inmediato.
Bibliografía:
Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, digital, 23ª ed., versión 23.5 en línea, https://dle.rae.es/digital?m=form
S/A, Licht- und Dunkelreaktion in der Fotosynthese – Biologie, Duden Learnattack, https://www.youtube.com/watch?v=Y2piS3j3NHk
Airey, David. A language without letters, by Japanese graphic designer Yukio Ota (Irlanda: Logo Design Love, 2020) https://www.logodesignlove.com/yukio-ota-locos
Gaul, Chris. Is this language without letters the future of global communication? (Australia: Medium, 2019) https://medium.com/@chrisgaul/https-medium-com-chrisgaul-is-this-language-without-letters-the-future-of-global-communication-15fc54909c12
Airey, David. Hobo signs and symbols (Irlanda: Logo Design Love, 2018) https://www.logodesignlove.com/hobo-signs-and-symbols
S/A, Internet Protocol Classes – Network & Host ID (Firewall) https://www.firewall.cx/networking-topics/protocols/protocols-ip/165-protocols-ip-network-id.html
S/A, IPv4 vs. IPv6 Made Simple (DNF Security, 2017) https://dnfsecurity.com/blog/ipv4-vs-ipv6-made-simple
S/A, OCR A (Linotype) https://www.fonts.com/font/linotype/ocr-a/story
[1] Real Academia Española, 23ª ed., versión 23.5 en línea, digital
[2] Real Academia Española, 23ª ed., versión 23.5 en línea, digital
[3] Gaul, Chris. Is this language without letters the future of global communication?, Medium, 2019
[4] Airey, David. A language without letters, by Japanese graphic designer Yukio Ota, Logo Design Love, 2020
[5] Airey, David. Hobo signs and symbols, Logo Design Love, 2018
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional