El transitar de las artes, el XX en XXI
Artes Visuales | Reseña por Mayra Cortés · 30.07.2019
Después de un largo tiempo, el acervo de arte moderno del MUNAL regresa a sus salas con la exposición permanente Siglo XX en el XXI, que estuvo ausente debido a los compromisos expositivos internacionales del museo, así como a las peticiones de préstamo por parte de instituciones nacionales y extranjeras; como su nombre lo indica, la exposición tiene como uno de sus principales propósitos mostrar la relevancia de la producción artística del siglo XX a los ojos del siglo XXI.
La curaduría, a través de cinco núcleos temáticos, resalta momentos históricos y artísticos que marcaron a la época a través de aportaciones estéticas e ideológicas y que retrataron a la sociedad mexicana. La exposición es un recorrido por el transitar de las artes desde finales del siglo XIX hasta mitad del siglo XX, se exhiben obras de artistas emblemáticos como Rufino Tamayo, Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, José Clemente Orozco, entre otros.

Vista de la exposición XX en el XXI, No. VII. Museo Nacional de Arte (MUNAL) ©Mayra Cortés
El primer núcleo, Despertar de la modernidad, atestigua la influencia de la estética e ideología europea en la producción de los artistas mexicanos que tiempo después da paso a la conformación de un nacionalismo modernista, desde este núcleo es posible observar cómo un espíritu vanguardista comienza a gestarse en los artistas, lo cual tiene un gran impacto en la obra que producirían en los años posteriores y que se comienza a vislumbrar en el siguiente núcleo, Arte y revolución, donde a través de la obra de Goitia y Orozco se ofrece un repaso por la barbarie y desolación provocadas por la Revolución mexicana, así mismo, no puede pasar desapercibido el surgimiento de las Escuelas de Pintura al Aire Libre, de las cuales emergieron artistas como Lolita Cueto y Rosario Cabrera.

Vista de la exposición XX en el XXI, No. II. Museo Nacional de Arte (MUNAL) ©Mayra Cortés
El tercer núcleo, como su nombre lo indica, Vanguardia y reconstrucción social, está compuesta por aquellas obras que participaron en ese proyecto utópico a través de las artes, el objetivo era hacer contrapeso a la situación hegemónica que había dejado la Revolución mexicana, por lo que su mirada se posó ante la ciudad como sinónimo de modernidad, sin embargo, lo anterior generó una contradicción, ya que detrás de ello, la desigualdad social y desolación acentuadas por la industrialización también formaban parte del panorama social, esto no pasó desapercibido para artistas como Alfredo Zalce, quien por medio de sus grabados retrata esta parte del panorama mexicano.
El cuarto núcleo, Reinvención de dos géneros: Retrato y naturaleza muerta, resalta la figura de María Izquierdo, pintora que se abrió paso en una escena dominada por artistas varones y cuya obra recupera las artes populares, de la misma manera, las naturalezas muertas con composiciones surrealistas de Tamayo dan muestra de la apertura que los artistas mexicanos dieron a una escena cosmopolita e internacional, sentando así los precedentes para el desarrollo de la pintura abstracta de los años 60.

Vista de la exposición V XX en el XXI. Museo Nacional de Arte
El quinto núcleo, Hitos de la Escuela Mexicana de Pintura, está conformado por obras de uno de los movimientos de vanguardia más importantes de México, el muralismo, un movimiento pictórico no complaciente, arraigado en la realidad mexicana que intenta representar la crudeza de su dinámica histórica a través de individuos que habían sido desplazados de las escenas artísticas: los indígenas y los obreros (Jaimes 2012), Rivera, Siqueiros y Orozco abordan temas étnicos y políticos que todavía son objeto de estudio e interés en la actualidad.

Vista de la exposición XX en el XXI, No. IV. Museo Nacional de Arte (MUNAL) ©Mayra Cortés
Si bien las vanguardias europeas tuvieron una fuerte influencia en los artistas mexicanos, pues es evidente en la estética de las obras de la primera década del siglo XX, también es importante resaltar que al representar la realidad de la sociedad de la época, desarrollaron una estética y temática que se volvió propia de nuestro país, El desmembrado de José Clemente Orozco, es un ejemplo de lo anterior, su trazo nos remite a la estética del expresionismo, y a su vez, sitúa al espectador en la escena nacional con el uso del color intenso y característico del artista, retoma el arte prehispánico con lo que hace referencia a la Coyolxauhqui, reflejando la barbarie y lo atroz del desmembramiento de un indígena.
La muestra nos brinda un panorama muy completo de los artistas que en el campo de la cultura lucharon por estar a la vanguardia en términos éticos-estéticos para abanderar al arte público, didáctico y propagandístico, a partir de la redefinición de la mexicanidad (Cueva 2017), además, su trabajo no sólo da cuenta del desarrollo del arte en términos estéticos, sino también de las formas de pensar y de los acontecimientos históricos que marcaron a nuestra sociedad, por lo que se vuelve un registro importante de nuestra historia.

Vista de la exposición XX en el XXI, No. X. Museo Nacional de Arte (MUNAL) ©Mayra Cortés
Bibliografía
- Cueva, Alicia Azuela de la. Un acercamiento a las artes plásticas en el marco de los centenarios de la independencia (1910-1921). México: Instituto de Investigaciones Estéticas, 2017.
- Jaimes, Héctor. Filosofía del muralismo mexicano: Orozco, Rivera y Siqueiros. México: Plaza y Valdés, 2012.
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