Daños que dejan huella – Texto curatorial
Artes Visuales | Texto especializado por Andrea Quintanilla · 02.03.2025
Esta exposición surge gracias a la iniciativa “Artistas del mes” de Farolito con el objetivo de visibilizar el trabajo de artistas emergentes, que cuentan con discursos artísticos relevantes, procesos de trabajo novedosos y conceptos sociales actuales. Fernanda Galván, junto a otros cuatro artistas, fueron seleccionados por especialistas expertos en la disciplina, para exhibir su obra individualmente y darle difusión a través de diferentes medios.
Las obras que verán a continuación surgieron a partir de una investigación desarrollada por parte de la artista, abordando temas sensibles y crudos, que forman parte de nuestra sociedad, y que se quedan arraigados en nuestra mente y cuerpo.
Las violencias hacia las mujeres son innegables, existen, tienen nombre. Empieza por el silencio, por la incapacidad de no poder nombrar los tipos de violencias; psicoemocional, física, patrimonial, económica, sexual, contra los derechos reproductivos, obstétrica, feminicida y simbólica.
Nuestro cuerpo se ha vuelto territorio de lucha incansable y eterna. Las mujeres no hemos parado y no pararemos hasta que nuestras historias sean escuchadas y hasta que nuestra voz se alinee con la justicia.
Fernanda Galván reproduce en sus obras las violencias que manifiestan los cuerpos de las mujeres. Por medio de la pintura, la artista acciona y reacciona ante un mundo lleno de dolor, en donde nosotras no hemos podido sentirnos en paz, en donde nuestros cuerpos caminan con rabia y también con esperanza de que la libertad de ser uno con su cuerpo esté al alcance de todas. Somos una misma, somos el reflejo en cada una de sus piezas.
Nuestra casa es nuestro cuerpo, cuando nos es arrebatado nos levantamos para gritar ¡ya basta!
Y el mundo decide despojar una vez más a este cuerpo que es mío, que es tuyo, que es cuerpo y que ya no será.
Las violencias hacia las mujeres son incontables, cada una de las obras pictóricas muestra y demuestra lo que nos han hecho callar, pero hoy, Daños que dejan huella lo manifiesta y lo grita:
Los recuerdos de ser violentadas son imborrables, se quedan tatuados en nuestra memoria, las lágrimas cesarán, pero la memoria florecerá y una vez más despertaremos para vernos y reconocernos unas a otras y seguiremos gritando, ya no más.
Esta serie, se traduce en marcas corpóreas que se inscriben en nuestro ser y a su vez, escriben biografías que no han sido leídas, pero ya no más.
Dejamos de reconocernos en el espejo, nos sumergimos en la soledad por no liberarnos de quien tuvo el poder de callarnos y se repite una y otra vez, pero ya no más.
La dependencia de no poder nombrarnos, yo soy, escúchame, yo soy:
Soy mi cuerpo
soy mis pensamientos
Soy mi control
Soy mi fuerza
Soy mi valor
Soy yo
Soy
Y seré
Y soy ellas
A las que silenciaste
A las que violentaste
A las que mataste
Hoy te silenciamos: ¡ya no más!
Estos tiempos son de nosotras, tiempo de gritar que ya no podemos más. Los daños dejan huella, pero nosotras seremos esa huella que dejaremos al mundo: la de ser nosotras mismas.
Por las que somos y por las que seremos, por las que ya no están y por las que estarán.
Andrea Quintanilla
Queretaro, abril de 2024.
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